martes, 13 de mayo de 2008

Abuela

Llevaba mucho tiempo tras de ti. Se llevó a tu madre, a tu hermana mayor, y ahora, a ti. Hacia tiempo que planeaba encima de ti como una sombra.

Al principio, hace veinte años ya, simplemente era una sombra en forma de lagunas, de las que todos tenemos. Poco a poco perdiste la conciencia de las cosas que hacias. No recordabas la lista de la compra, no recordabas si la habias hecho, no recordabas que habías comido, ni si te habias bebido una cerveza. Pero eran cosas que se podían parchear con un poco de paciencia y mano izquierda. Y las cajas de quintos se convirtieron en cajas de quintos sin alcohol. Nunca dejaste de hacer funcionar la mente, haciendo crucigramas, leyendo, cuidando de tu nieto, aunque a veces fuera con la cara sin limpiar, aunque a veces se fuera con una mancha en la chaqueta porque te habías olvidado de cambiarla. Con el tiempo, la rutina era lo que hacía que no te perdieras, las palabras te costaba más encontrarlas, te las inventabas y lo que tenías muy muy presente era tu infancia. Te despertabas por las mañanas y llorabas. Llorabas por la angustia que te daba el saber que acabarías como tu madre. En una cama, como un niño recién nacido. Sin saber hacer nada. Eran tus momentos de lucidez. Hace diez años ya que no me reconocías. Que me veías, me sonreías, me mirabas y me decías "¿Y tu quién eres?". Diez años en los que olvidaste hablar, olvidaste como utilizar un tenedor, olvidaste como ducharte, olvidaste hasta caminar...

Ahora eras ya un pellejito encogido en la cama del hospital, en posición fetal, con las manos cerradas porque te dolía infinidad abrirlas. Pero ya no te quejabas. Te olvidaste también de esto. Y te olvidaste hasta de como emitir algún sonido. Cuando algo te dolía, fruncias el ceño, abrías la boca para quejarte, pero eran gritos silenciosos.

Y ahora ya, se te llevó, junto con tu madre y tu hermana. Aunque el Alzehimer se te llevó de nuestro lado hace mucho, ahora al fin te ha dejado descansar. Porque te olvidaste hasta de respirar.

Descansa, yaya, descansa tranquila por fin.

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