jueves, 23 de agosto de 2007

La pequeña llamita

Hace bastante tiempo, escribí esto por una amiga

"Una vela, que arde ante mí. Su llama juega y revolotea con mi respiración. De cuando en cuando, cuando encuentra un obstáculo en la cera o la mecha, chisporrotea. Pero después vuelve a la calma de nuevo.

Una vela inofensiva, que arde ante mis ojos. Inofensiva... Pero si no se trata con cuidado, puede hacer arder una casa entera. Inofensiva... Pero depende de junto a que se la acerque, puede provocar una explosión. Una vela con una llama inofensiva, pero que entraña un gran poder en su interior.

Una simple llama puede guiarte en la oscuridad. Una simple llama puede darte esperanzas para hallar el camino que ya creías perdido. Una simple llama puede darte calidez en un momento de frío. Una simple llama te puede dar la luz que necesitas para ver con nitidez. Pero una simple llama también puede quemar todo tu cuerpo. Pero una simple llama también puede absorber todo el oxígeno que necesitas para vivir.

Dicen que el amor tiene una llama en su interior, que hay que cuidarla. Pero nadie habla de la llama de la amistad. La amistad también es un tipo de amor, puede incluso que más puro que el amor pasional.

Y la llama de la vela que tengo delante me recuerda a la llama de la amistad. Al igual que ella, baila al son de sus componentes. Y cuando encuentra algún obstáculo, saltan chispas. Pero después vuelve de nuevo a la calma.

Al igual que la llama que tengo delante, poca gente le da la importancia que se merece, y muy pocos entienden el poder que entraña en sus adentros. La amistad de un amigo de verdad te puede guiar cuando andas en las tinieblas, cuando para ti todo es oscuro. Un simple gesto de cariño franco, te puede enseñar el camino que creías haber perdido, te puede dar la calidez del cariño en tus peores momentos. Las palabras de amistad pueden abrirte los ojos cuando no ves, o no quieres ver la realidad tal como es.

Todo el mundo la considera una llama pequeña, inofensiva, al lado de un gran bosque incendiado como seria el amor pasional. Y muchos juegan con ella, sin prever las consecuencias que puede tener su juego.

Al igual que la pequeña llamita de mi vela, que puede quemar todo mi cuerpo, una amistad puede quemar, psicológicamente, a uno, o ambos, de los componentes. También puede llegar a quitarle el aire necesario para vivir.

Y al igual que la llamita de mi vela, si no la cuidas, y vigilas a que la expones, puede hacer saltar todo por los aires en un momento, y no chisporrotear y volver a la normalidad.

Ambas llamas parecen inofensivas, pero nunca deberíais subestimar el gran poder que pueden llegar a entrañar las pequeñas cosas."

Hoy lo he vuelto a encontrar. Y hoy me he dado cuenta y he entendido lo que hacia dias que me rondaba en la cabeza después de una conversación.

Hoy me he dado cuenta de que hace tiempo que he descubierto un tipo de fuego más. El fuego de una lumbre en el frío invierno. La hoguera cálida que te da ese calor que te recorre todo el cuerpo. El fuego que hipnotiza y da luz. Un fuego que te calienta y tranquiliza desde lo más hondo de ti. Un fuego ante el que te sientas y te devuelve las fuerzas. Un fuego con el que cuentas cada día para vivir. Porque lo necesitas para que el día no sea frío y oscuro. Un fuego a medio camino entre la llama de una vela y un bosque ardiendo.

Es un fuego que necesita una pequeña llamita para encenderse, que si uno no se da cuenta puede acabar incendiando un bosque, pero que si eso pasa... Ese fuego se extingue... Y ese fuego lo extinguen...

...Y sin embargo, un fuego mucho más poderoso que ambos...

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