domingo, 26 de agosto de 2007

Y aun siendo la más niña...

Y aunque soy a la que más tildan de immadura, y aún siendo la más inocente de todos, esta noche me he sentido mayor.

No en un sentido malo...

He salido de fiesta, con uno de mis niños... Pero él si que es mi niño por niño... Aunque crece y se hace mayor... Todavia pone cara de sorpresa por cosas que le explico... O que le enseño... ;P Por eso sigue siendo mi niño...

Estando "solos", todo ha ido bien. Nos lo ibamos pasando muy bien, bebiendo y riendo los dos. Y muchas de sus niñas le iban encontrando y saludando.

Hemos salido, a sentarnos con varias de ellas, y claro esta, los tres chiquillos que iban con ellos.

Y entonces ha sido cuando me he dado cuenta. Y cuando me he sentido así. Nunca me doy cuenta de que crezco. Yo veia a la gente de Bup y Cou muy grande, pero cuando estaba en batxillerato, me veia una niña. Veia a los universitarios, y los veia mayores, pero me veia a mi en la universidad, incluso trabajando, y me veia una niña. Y hoy, entre ellos, me he visto mayor.
Eran unos niños todavia, unos niños vacilones, que se creian mucho mayores. Nombrar la serie de Friends, que la siguen dando, y que no sepan lo que es. Ninguno. Ni les suene. Intentarme vacilar a mi... No se si para ligarme, para demostrar lo mayores que eran frente a sus amigos o para que.

Y en el momento de moverse de barrio para seguir la fiesta, me he ido para casa. Al principio mi niño me ha convencido. Sabe que las caras que me pone me chantajean emocionalmente. Pero perderlo, aunque fuera dos calles, y yo quedarme con los crios, y saber que, aunque el no quisiera, lo acabaria perdiendo en una fiesta en la que ni tan siquiera queria ir, estando como estaba en esos momentos al lado de mi casa, me ha echo cojer un taxi y venirme para aqui.

Creo que lo ha comprendido. Pero en el momento en que he parado el taxi y me he ido, ha sido cuando me ha acabado de quedar claro que yo ya no soy una niña. Que yo no busco un rollito de una noche, con el que pegarme el lote en una esquina, y esperando a que no me deje un chupeton en el cuello para que no me lo vea papá. Y que no tengo porque quedarme porque los otros se queden, que soy lo suficientemente mayor como para coger, parar un taxi, e irme a mi casa. Una casa donde me quedara fregar los platos, tender la lavadora y planchar la anterior, pero una casa en la que ya no me esperan mis padres. Y que si encuentro un tio y me quiere plantar un chupeton en el cuello, primero, que me haga sentir y gozar como una mujer. Porque ya no soy una niña, soy una mujer. Con todas sus curvas y todas sus letras.

Y ademas, una mujer que les sacará edad a todas las niñas ahí presentes, una mujer que ya no tendrá lo que sea que tengan todas ellas. Pero una mujer que empieza a tener claro lo que quiere y lo que tiene. Y una mujer a la que no se le conquista viendo a ver quien pone a parir por la espalda al chico de delante, porque ese es el que se lleva a todas las chicas con las que ellos sueñan.

No sé como explicar las sensaciones de esta noche. Sólo sé que llevaba un tiempo de reflexiones personales, de recapacitaciones, de asimilaciones sobre mi misma. De crecimiento personal. Y que hoy, ha sido una más. Y muy relevante.

Me siento mucho más cómoda con gente mayor que yo. Porque con ellos, seré una niña, seré la inocente, o seré la baby. Pero al menos, con ellos estoy a gusto, aprendo mucho más, y lo más importante: me tratan como una persona, y como la mujer que soy.

La baby mujer, pero mujer al fin y al cabo.

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