
Como esta escalera, que viene de ningún sitio para acabar en un sitio del que no puedes salir, y viceversa, que te lleva de un sitio del que no puedes salir hasta ninguna parte, y te hace girar y volver al sitio donde no hay salida, y que te hace ver imposible salir de ahí.
Vueltas y vueltas sin sentido, intentando salir, sintiéndote cada vez más atrapada, como en una jaula... Hasta que incluso llegas a creer que quedarte en el rinconcito sin salida, es una buena opción, una vez que te acostumbras...
Hasta que alguien te abre la verja que no te deja salir, y te da otra escalera. Una escalera que te puedes llevar donde quieras, para irte y llegar hasta donde, únicamente tú, desees.

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