Dicen que el fuego es purificador. Que el fuego que todo arrasa todo se lleva consigo, sin dejar vestigio de lo que hubo antes. Dicen, que el fuego todo lo destruye a su paso. Dicen, que el Fénix se autoinmola para renacer de sus cenizas.
Y eso he echo, una pira purificadora. Purificadora de mi vida, y de mi pasado, y de lo que fuí y no
quiero volver a ser. Ahí he tirado muchos de mis recuerdos. Y los he echo arder. Les he prendido fuego, y he dejado que todo se quemara. Ya no hay vuelta atrás. Ya no puedo volver a encontrar, ya no puedo volver a mirar. Tan sólo queda ya en mi mente.
Desde bien pequeña me ha gustado quemar cosas, me ha fascinado el crepitar de una hoguera. Podía pasarme horas y horas mirando el fuego de la lumbre. Pero siempre me ha costado trabajo tirar cosas, sobretodo que tuvieran un valor sentimental, un recuerdo asociado, fuera bueno o malo. Huelga decir, pues, que nunca habia podido quemar nada así... Pero esta vez, lo necesitaba.
Poder haber dado este paso, poder haber quemado y tirado tantos recuerdos, es una forma de demostrarme a mi misma que enterré una parte de mí. La quemé del todo ya con la pira.
Ahora, cual Ave Fénix, sólo me queda renacer de mis cenizas...
1 comentario:
Hola cuñada! Pues mira es una muy buena idea eso de las Piras...
Si de verdad te purifican por dentro, creo que mucha gente y yo misma lo tendríamos que hacer. Sacar todos lo malo que llevamos dentro y que con el tiempo nos va agotando más las ganas de vivir...y más en estos tiempos que corren..parece que este hablando como una persona mayor...pero es lo que mis ojos estan viendo en ese mismo momento...
PD: Ya me iré pasando por tu blog, y ya te iré comentado jejejeje :)
Publicar un comentario